...El viento susurra su nombre en mi oreja, me envuelve con él, me eleva hasta levitar. En mi estómago cientos de mariposas revolotean y mi sangre empieza a correr por todo mi cuerpo. Es una sensación extraña, todos mis sentidos están alerta, mi olfato se dispara de forma involuntaria y su aroma lleva a mi cerebro su imagen, con aquel aspecto tan, tan sugerente que hace que mi lengua comience a pasar suavemente por mis labios, relamiéndose de gusto, solo de pensar en su sabor tan especial, tan distinto a otros. Creo que por mucho que quiera negarlo, tengo que reconocer que lo que siento es... es ¿Amor? no....¡Es hambre! y ese bocadillo de jamón con su tierno pan crujiente y con ese queso fundido es lo mejor que me he encontrado en mucho tiempo... ¡Uhhh que gusto!
