El cabo Hopkins

…El cabo Hopkins repartía las cartas con la izquierda. En unos días le repatriarían a casa. Todos le mirábamos con envidia. Sabíamos que no había sido una bomba la que se llevó su brazo, si no un buen amigo carnicero, con mucha maña, y una puesta en escena de película simulando un ataque enemigo. Nadie se chivó de su secreto, todos  deseábamos volver a casa aunque fuera con algún miembro de menos, en vez de en un ataúd. Aquella guerra era una locura impuesta por locos ambiciosos, así que mientras esperábamos desesperanzados, todos intentábamos hacernos amigos del carnicero…

Revoltosa

...¡Pancho, ve a buscar a Revoltosa que se ha ido del rebaño!. El perro se levantó y fue corriendo a perseguir a la oveja que en cuanto le vio salió despavorida como alma que lleva el diablo. En vez de girar hacia el rebaño se fue hacia la carretera y sin pensarlo dos veces cruzó. Pancho inteligentemente paró en el arcén justo para ver como Revoltosa y un coche salían volando por los aires. Ahora Pancho vive en un albergue para perros, el conductor del coche estará, según la vida que llevara y sus creencias, en el cielo o en el infierno, Revoltosa está sirviendo de abono a la tierra y el Pastor en la cárcel por homicidio involuntario y por no tener las ovejas aseguradas, las cuales por otro lado cuando llegó la policía y se llevó al pastor detenido se desperdigaron por la ciudad. Los últimos especuladores del suelo permitieron que junto a un hotel de lujo pudiera existir un grupo de inocentes ovejas porque es más importante forrarse que cuidar el entorno. A día de hoy aún quedan algunas ovejas sueltas que se han vuelto salvajes y de vez en cuando se bajan al hotel a comer y embestir a los turistas y tirarlos a la piscina...