jueves, 22 de septiembre de 2016

Los "Otros" ahora, "Nosotros" mañana


En su día los europeos se felicitaban por la caída del muro de Berlín. Un intento de mejorar el futuro y las relaciones entre países con formas de vida y costumbres similares.
Pero ahora, nuevamente estamos construyendo nuevos muros. Muros de la vergüenza.
-¿Por qué? me pregunto a mi misma.
- Por miedo, me responde mi conciencia.
- ¿A qué?
- Por miedo a los “Otros” naturalmente.
- ¿Quiénes son los “Otros”? le digo sorprendida.
- Aquellos que vienen a quitarnos lo que es nuestro, los refugiados.
- Pero ¿Qué es lo nuestro?
- Nuestros trabajos, nuestras tierras, nuestras costumbres. Dice mi conciencia muy segura.
-¿Pero tú te estás escuchando? Le digo a mi conciencia toda INDIGNADA. ¡No entiendes que lo que tú llamas los “Otros” somos en realidad “Nosotros”!.
 Eso mismo que les está sucediendo a ellos puede que nos suceda a nosotros en cualquier momento. Ningún país está libre de que los problemas lleguen a apretar tanto a la población que ésta empiece a dividirse y a enfrentarse, a radicalizar sus discursos, a buscar culpables.
Cualquier día nuestros hijos o nietos pueden ser los refugiados del futuro. ¿no te gustaría que les ofrecieran un trabajo y una casa? ¿no te gustaría que fueran capaces de ayudar al país que les acoge con sus conocimientos? ¿no te gustaría que los niños pudieran estar sanos y aprender en una escuela para en el futuro ser personas útiles para la sociedad?.
Si fueran mis hijos, los refugiados, sé que devolverían con creces la ayuda recibida y que aportarían más de lo que pudieran recibir en un principio, porque hay que educar a la gente en la bondad. Para evitar abusos ya están la policía y los jueces, la sociedad está para aportar, ayudar y mejorar conjuntamente.
Ojala no se levanten más muros que separen a las personas, si no que la gente aprenda a repartir más justamente los recursos.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Chantaje al abuelo


Hago los deberes en un escritorio junto a un gran ventanal, y mientras miraba el horizonte vi como mi abuelo salía a la calle y sigilosamente abría el coche de mi madre (el cual no usa los días de diario), se sentaba al volante y salía disparado como alma de lleva el diablo.  

Pensé que sería bueno tener una prueba de su pequeña escapada así que lo grabé todo con el móvil.

Cuando vinieran mis padres se lo tendría que decir ,o bien, podría callarme….
¡Quizás era hora de que mi abuelo y yo nos sentáramos a pactar!...
¡Total! mi silencio iba a ser muy barato, se basaría en un pequeño donativo para los fines de semana….

Al cabo de media hora mi abuelo aparcaba el coche en el mismo sitio y lo dejaba como si nada hubiera pasado.


Al rato me levanté y me fui al salón, él estaba sentado en el sofá mirando la TV, me senté a su lado y le pregunté si quería ver un vídeo muy bueno.
Me dijo que sí, pero que esperara a que se pusiera las gafas de cerca. Cuando finalmente vio el vídeo comenzó a reírse a carcajadas.

-¿Qué te hace gracia? Le pregunté, ¿no querrás que mis padres se enteren de que les coges el coche cuando no te han dejado renovarte el carnet de conducir por viejo?

Se levantó, cogió su móvil y me envió un mensaje al Whatsapp. Cuando lo abrí vi que se trataba de otro vídeo, pero en este, el actor principal era yo y la actriz secundaria una medio novia que yo metía a escondidas en mi cuarto cuando no estaban mis padres.

¡Está claro que estábamos empatados! Habría que pensar en otro método de financiación…