domingo, 11 de enero de 2015

Velocidad y libertad

...La melena al viento, gafas de sol, tacones de vértigo y esa sensación de libertad que hacia años que no sentía. Aumentó la velocidad sin perder la mirada de la carretera. La gente no le quitaba ojo cuando pasaba a su lado. Era imposible no mirarla al verla conducir aquel artefacto a esa velocidad. Era una temeridad, ¡un peligro público!. Al menos, eso pensó el policía cuando la detuvo en plena autopista a 10km/h con una bicicleta de paseo de los años 40 y con un elegante vestido de fiesta. El agente de policía pensó que definitivamente esta anciana se llevaba la palma en cuanto a gente rara detenida.