- Convertirse en una joven adolescente, con las hormonas alteradas, que no hace caso a los consejos de sus padres, amigos o profesores y que durante los efectos de un botellón se queda embarazada de otro joven inconsciente, aunque bien informado en prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados, pero cuyas hormonas y su estado provocado por el alcohol o las drogas no le permite pensar con la cabeza si no con la bragueta.
- Convertirse en una madre de familia numerosa a la que su marido o sus convicciones religiosas no le permite usar métodos anticonceptivos "no tradicionales" y que se queda embarazada, sin quererlo y cuya vida, debido a tantos partos, corre peligro.
- Convertirse en una mujer joven, soltera, con una intensa y prometedora carrera a la que desea consagrar su tiempo y su vida. Una mujer que toma precauciones pero que por causas materiales (a veces se rompe y uno no se da cuenta) se queda embarazada sin desearlo.
- Convertirse en una joven, que no quiere contar en casa quien es el padre del hijo que espera, porque en realidad sería su hijo y a la vez hermanastro, ya que su padrastro le ha dejado embarazada y obligado a callar bajo amenazas de muerte.
-Convertirse en una mujer deseosa de tener hijos, pero que por causas médicas desconocidas su cuerpo provoca que los embarazos no lleguen a término y el feto muera a las pocas semanas.
- Convertirse en una mujer violada a la que dejan embarazada.
- Convertirse en una madre con un hijo postrado en una cama, con una extraña enfermedad que lo mantiene como un vegetal y con el que no puede comunicarse y al que da todo su amor pero que desea tener otro hijo al que poder amar y del que recibir amor, palabras, gestos, risas, abrazos y de repente se entera de que está embarazada y que el hijo que espera tiene la misma enfermedad del hijo postrado en la cama.
Son cientos los posibles casos, porque cada mujer es una vida y cada vida es un mundo. Pero todas deberían tener derecho a abotar, en buenas condiciones sanitarias, e intentar hacer sus vidas mejores. Tratar a muchas de ellas como asesinas no ayuda a tener una sociedad sana.
Puede quedar muy tópico decir que si los hombres pudieran quedarse embarazados, la historia del aborto no estaría penada, que todo serían facilidades y que en poco tiempo se habría llegado a un acuerdo.
¿porque obligar a las mujeres que por muchas causas quedan embarazadas y no desean tenerlo a convertirse en incubadoras para luego dar dicho niño en adopción?¿porque hacerlas pasar por un embarazo no deseado, con todo lo que conlleva un embarazo, psicológica y físicamente? ¿porque forzarlas a volver al pasado, con matasanas, brujas, médicos aprovechados, que provocarían abortos clandestinos y poner en peligro la vida de cientos de mujeres?
Nadie obliga a nadie a abortar, no es algo que se realice por moda, por vagancia de no usar otros métodos anticonceptivos, por presión social. Es algo muy meditado, compartido en muchos casos con la pareja, con los padres, con los amigos. No suele ser una decisión tomada a la ligera y sin pensar. ¿Porque poner más difícil lo que ya es difícil de por sí?
Por favor, no tratemos a una mujer que aborta como es una asesina... si no como una víctima de la biología.
Antes de señalar a alguien con el dedo trate de ponerse en la situación de su hija, de su mujer, de su amiga, de su vecina, de una desconocida y respetar su decisión, quizás usted actualmente no lo haría, porque quizás usted tiene una situación estable, respaldada por su familia, amigos, marido, dinero, estatus social, o quizás nunca lo haría...¿pero si no tuviera esa estabilidad y su vida fuera otra? ¿no le gustaría al menos ser libre para poder decidir?
