viernes, 14 de noviembre de 2014

¿Qué quieres ser niño o niña?

Yo tenía 9 años cuando mi madre me preguntó.
- ¿que te parecería que te vistiera como si fueras un chico y te trataran todos como un chico?.
Me quedé un segundo pensando, pero dije que sí al instante. Ser un chico implicaba una libertad total, que ahora como niña no tenía.
¡Sí, me encantaba la idea!.
Mi madre me explicó que al no conseguir un bebe varón, existía una superstición Afgana que permitía tratar a una de las hijas como un hijo y así conseguir que Alá permitiera al siguiente bebe ser un varón.

Mientras no naciera un varón en la familia yo podría vestir y actuar como un chico.
Así que, me cortaron el pelo, eso fue lo único que me dolió, pero el resto de cosas eran todo ventajas. Podía ir a la escuela, salir solo por la calle, jugaba con mis amigos sin tener que cubrirme la cabeza, mis pantalones eran más cómodos que las faldas de las mujeres, comía con los hombres, con lo cual comía bien y no las sobras, no tenía que ayudar en las cosas de casa (no lavar, no limpiar, no cocinar, no traer agua). Podía hablar sin pedir permiso y ser escuchado.
Me estaba acostumbrando a ser un chico con todas sus ventajas, cuando un día mi madre me comunicó que estaba embarazada. Eso significaba que si nacía un bebe varón yo volvería a ser una niña y todos mis privilegios se disiparían como la niebla tras la salida del sol. Lloré a escondidas y recé para que naciera otra niña.
Siempre supe que esta farsa tenía un fin, que no me dejarían ser un hombre cuando llegara a la mayoría de edad y mis curvas de mujer impedirían seguir con el montaje. 
Pero viendo como viven mis hermanas, mi madre, abuelas, amigas, vecinas... ¡Yo no quiero volver a ser mujer!....