domingo, 13 de septiembre de 2015

La tormenta

Cada vez que llovía, mi abuela se metía en la cama y se ponía malísima. Tenía fobia a las tormentas desde que un rayo mató a su abuelo estando dentro de casa y ella lo vio. El rayo entró por una ventana, recorrió la casa y finalmente, buscando una salida, lo mató.
Cada vez que llovía nos contaba la historia y si la tormenta era fuerte, con grandes truenos y relámpagos se ponía tan mala que teníamos que acostarla, bajar la persiana a tope y cerrar la puerta de su cuarto.
Yo me reía de ella cuando era pequeña porque no entendía su miedo, a mi me encantaban los ruidos que hacían los truenos y me embobaba viendo caer la lluvia torrencial desde la ventana de casa.
Pasados los años he heredado su miedo y ahora soy yo la que cuento su historia a mis nietos.
Es curioso el miedo, cuando menos se debería temer a la muerte, por tenerla más cerca, peor se pasa.
¡¡¡ Uy...otro trueno, mejor me acuesto !!!

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