Se asomó sola por la escotilla para ver amanecer, respiró profundamente, le encantaba el olor a mar, quiso disfrutar de ese instante porque quizás fuera su último día en aquel barco.
Sabía que el cocinero estaba desquiciado por su culpa y seguro que en un descuido del resto del personal cogería alguno de aquellos enormes cuchillos y la cortaría en pedacitos.
Tendría que ir con cuidado si no quería acabar en una olla, ¡aunque el guiso de rata, dicen que está muy duro!
Sabía que el cocinero estaba desquiciado por su culpa y seguro que en un descuido del resto del personal cogería alguno de aquellos enormes cuchillos y la cortaría en pedacitos.
Tendría que ir con cuidado si no quería acabar en una olla, ¡aunque el guiso de rata, dicen que está muy duro!
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