lunes, 27 de abril de 2015

¿Hombre o ratón?

El ratoncito, salió de la parte de atrás del armario del salón y se dirigió tranquilamente hacia la cocina. Al final lo había descubierto,  poner cámaras por toda su casa había sido un dinero bien gastado. Martín llevaba meses obsesionado con dicho ratón. No dormía bien, había puesto miles de trampas donde nunca caía, había buscado por todos los rincones de su casa buscando algún agujero del cual pudiera salir, sin éxito. Había movido muebles, sacado toda la ropa de los armarios, sacado todas la ollas, sartenes, vajilla, etc, de todos los muebles de la cocina, había movido la nevera, la lavadora, el lavavajillas. Su mujer, cansada de tanta obsesión, decidió abandonarlo cuando Martín instaló cámaras por toda la casa. Aquello había llegado demasiado lejos. Se fue a casa de su hermana pensando que finalmente se le pasaría la obsesión y pronto volvería en sí. 
Pero pasó otro mes y Martín seguía en sus trece. Vigilaba desde el trabajo a través del ordenador todas las cámaras de su casa de forma obsesiva lo que le llevó a que su jefe le mandará a su casa con una baja médica del psiquiatra de la empresa. 
Ahora tenía más tiempo, se sentaba delante del ordenador de casa sin perder ojo a la pantalla donde se veían todas las imágenes de todas las cámaras. 
Finalmente en la pantalla, que mostraba la cámara del salón, vio como el ratoncito salía, tan campante, de detrás del armario. Saltó de júbilo, bailó, chilló, cantó… Fue corriendo al salón, intentó mover el armario, pero era muy pesado, él solo no podría, así que decidió desmontarlo. Después de varias horas, el armario estaba desmontado y la pared libre, se podía ver un pequeño agujero que seguro que era la guarida del ratón. Martín fue a buscar un martillo para hacer más grande el agujero. Dio un fuerte golpe y rompió la pared justo donde estaba el agujero, de forma que se creó otro agujero más grande que permitía ver el interior de la casa del bicho. Lo que Martín vio, le dejó perplejo. La casa del ratón era similar a la suya, incluso había un ordenador pequeñito donde se podía ver que el ratón tenía instalado el mismo programa de vigilancia que él y se veían las imágenes de sus propias cámaras. ¡Le había pirateado la señal. Aquello era de locos!. También cogió una pequeña nota que había en una mesa y leyó con una lupa lo que ponía. Era una nota de despedida de la pareja del ratón donde le decía que se marchaba y que no aguantaba más esa obsesión por el humano. 
Estaba en el suelo sentado, agotado, tratando de encontrarle sentido a aquello, pensando que estaba teniendo alucinaciones cuando de repente apareció el ratoncito frente a él, se miraron a los ojos. Martín le pasó la nota al ratón. Este la leyó y con cara de resignación se sentó derrotado frente al humano.   
Al final resulta que la naturaleza es la misma seas hombre o ratón…

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