miércoles, 22 de abril de 2015

Mediterráneo ¿cementerio marino?


Últimamente cuando bajábamos  a la playa a jugar,
solíamos encontrarnos algún cuerpo flotando en la orilla.
La primera vez me impresionó mucho y tuve pesadillas durante varias semanas. Pero con el tiempo se fue convirtiendo en algo normal. Tanto es así, que incluso mis amigos y yo hacíamos apuestas sobre cuantos cuerpos nos encontraríamos cada día.

Mi madre no quería que bajara a la playa, pero yo la engañaba y le decía que íbamos al parque, pero lo cierto es que había algo que nos llamaba irremediablemente hacia la orilla.

Un día se  hundió una barcaza con más de 800 personas. Ese día cuando llegamos, la playa estaba llena de cuerpos de hombres, mujeres y niños, algunos muertos y otros no. Fuimos uno por uno ayudando a los vivos a salir del agua y llamando a las autoridades para explicarles que necesitábamos ayuda. Nos dijeron que estaban saturados y que irían cuando pudieran.
 
Marchamos corriendo a casa y avisamos a nuestras  madres de lo que pasaba. Ellas rápidamente pusieron en marcha un plan de ayuda y bajaron a la playa con agua, mantas, leche, medicinas.... Nunca había visto a mi madre tan activa, daba órdenes, nos mandaba ir a por tal o cual cosa. En una hora teníamos medio organizado un hospital de campaña.

Cuando quiso llegar la ayuda del gobierno lo peor había pasado.

Los inmigrantes supervivientes estaban a la sombra bajo unas sombrillas, con bebida y comida. Algunos niños estaban tomando un biberón y otros tenían ya ropa limpia y seca.

Lo peor...la imagen de la larga fila de muertos,que llegaba a la centena.
Lo peor...el sonido de los llantos de las personas que habían perdido a un ser querido.
Lo peor...la mirada de incomprensión de los niños.

¿Qué decirles a esos niños que tuviera sentido?......

¡NADA!¡NADA DE ESTO TIENE SENTIDO!

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