sábado, 3 de octubre de 2015

El señor de las moscas

He oído el despertador de mama, en unos minutos vendrá a despertarme y me pedirá que me vista y que vaya a la cocina a desayunar.


No quiero levantarme, ni hoy, ni nunca. ¡No quiero ir al cole! ¡Odio el cole!. Me gustaría estar enfermo o romperme una pierna….¿y si busco la forma de romperme una pierna? ¿me dejarían en casa o me obligarían a ir al colegio escayolado?, ¡seguro que me obligarían a ir incluso escayolado y sería aún peor!. Seguro que entonces todos se reirían de mi, como siempre, por torpe. Seguro que me tirarían y me harían la zancadilla. Me quitarían las muletas… No, no creo que esa sea buena idea.

El niño andaba en estos pensamientos cuando entró su madre en la habitación.

-¡Cielo, levanta, ya es la hora, vístete!.
Fue entonces cuando la madre se fijó en la cara del niño. Estaba ensangrentada, al igual que sus manos, las sábanas.
-¡Dios mío, hijo! ¿Qué te ha pasado?
-¿Por qué lo dices? Respondió el niño que en la oscuridad de su cuarto no se había percatado de nada.
-¡Hay sangre por toda la cama, tu cara, tus manos….!
-El niño se fijó en sus manos, tenía las uñas llenas de carne y sangre. Se había estado rascando nerviosamente la cara durante toda la noche, mientras pensaba en que, odiaba ir al cole, odiaba a sus compañeros, odiaba a sus padres por obligarle a ir, odiaba a todo el mundo. Se había destrozado el rostro.

La madre le limpió como pudo la sangre, le ayudó a vestirse, y con el nervio en el cuerpo  se organizó para que otra mama llevara a su otro hijo al cole mientras ella llevaba al niño a urgencias, luego llamaría al padre que ya estaría en la oficina para decirle lo que había pasado.

Mientras vestía a su hijo menor, éste le contó porque su hermano estaba así.
-¡Mama, lo ha hecho porque no quiere ir al cole, allí todos se meten con él!¡ le dicen idiota, torpe y gafotas! ¡incluso le pegan y le roban el desayuno! Yo lo he visto, pero me da miedo decir nada y a él también.
La mujer no daba crédito a lo que estaba escuchando. ¿pero que me estas contando? ¿Cómo que pegan a tu hermano?¿quién lo hace? Pero… pero…
-¡Mama, él me obligó a no contártelo! pero tengo miedo por él. ¿no le va a pasar nada, verdad? Dijo con los ojos llenos de lágrimas.
-¡No hijo, tranquilo, ya verás como todo se soluciona!.¡Se va a poner bien!.dijo su madre, con voz temblorosa,  mientras le abrazaba.

Ahora lo veía todo claro, todo este tiempo, su aptitud, su negativa a ir al cole, su rebeldía, su rabia, ahora lo entendía. Nunca le dio importancia, pensaba que era cosa de críos. ¡Pobre! ¡Y nosotros sin hacer nada! ¿y en el colegio? ¿nadie se dio cuenta?¿porque nadie nos dimos cuenta? ¡Qué ciegos estamos los adultos!.Creemos en la inocencia de los niños y no sabemos que, a veces, estamos creando monstruos por la falta de tiempo para estar con ellos y educarles, ayudarles, aconsejarles, consolarles, vivir con ellos y no solo vivir para ellos.
Mientras pensaba en lo que le había pasado a su hijo, a la madre se le vino a la mente el libro de ¡El señor de las Moscas!....

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