jueves, 8 de noviembre de 2012

El cayuco


Ayer por la noche le pregunté a mi madre. 
- ¡Mamá yo he viajado alguna vez en barco?
Ella, a pesar de ser negra, se puso pálida, su sonrisa se nubló y sus ojos volvieron a tener aquella triste expresión de hace algunos años. 
-¡Sí hijo, una vez! Pero eras un bebé y por suerte no te acuerdas. Era una pequeña barca gracias a la que pudimos llegar a España tú y yo y evitar la muerte en África. Fue un viaje duro en el que murió mucha gente, pero tú me diste fuerza para continuar con vida.
-¿Quieres decir que vinimos en un cayuco, como esos que salen en la tele? ¿Por qué no me lo habías dicho nunca?.
-Verás hijo, has vivido aquí desde que tenías 6 meses, este es tú país, donde están tus amigos y tú familia, he querido que vivieras alejado de aquello, que fueras feliz. ¿Qué habrías ganado sabiendo todas las miserias por las que pasamos hasta que conseguimos levantar la cabeza con dignidad?.
- ¿Y por qué me lo cuentas ahora ?
- Porque ya tienes edad para comprender ciertas cosas y creo que saber la historia de tú pasado te ayudará a valorar más lo que tienes ahora.
- En el instituto nos han pedido hacer una redacción sobre un viaje, así que ¿por qué no me cuentas más sobre nuestro pasado y sobre ese viaje?
- ¿Estás seguro hijo?, hay muchas cosas que te avergonzarían. Tú ya piensas como un Español, no sé si comprenderás lo que significa estar en una situación límite, desesperada, sin esperanza, sin recursos, sin ayuda. Tuve qué hacer muchas cosas qué prefiero olvidar aunque te puedo decir que por ti volvería a hacer cualquier cosa.
- Creo que vivir en la ignorancia nos hace más mal que bien.¡cuéntamelo todo, por favor mama!
- Bien hijo, pues entonces pon la cafetera y prepara dos buenas tazas porque la noche será larga...


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