…Una de las manos en su cintura sujetándola fuertemente, la otra entre
sus dedos, sus negros ojos fijos en los
de ella y sus cuerpos coordinados en un baile que les hubiera gustado que fuera
eterno. Los pasos firmes de él llevando el ritmo, los pequeños pies de ella
entre los suyos girando como una gata celosa. Un tango sinuoso sonando en el
aire mientras sus cuerpos se rozan, se alejan, se acercan en una lucha de
titanes. Si no fuera por la diferencia de edad, nadie diría que el joven
profesor de baile y la anciana alumna del asilo son dos personas, sino solo una
única figura compuesta por dos almas gemelas unidas por su amor al baile y por su
amor secreto imposible…
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