Ayer empezó a dibujarle en el brazo mientras dormía. Así lo había indicado en su testamento vital. Si alguna vez entraba en coma irreversible, quería que nuestro hijo le tatuara una serie de dibujos en su cuerpo antes de morir. Los dejo detallados en un documento.
Pero en el fondo estaba orgulloso de él, aunque no se lo dijera mucho, porque siempre fue poco dado a demostraciones de afecto.
Así que, antes de que decidamos desconectarle, mi hijo realizará su mejor obra en el cuerpo de su padre.
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