miércoles, 17 de octubre de 2012

La mascota

...Me gusta mi dueña y la quiero mucho, pero lleva una vida muy estresante y por lo tanto me estresa un poco a mi. Como ella tiene que madrugar mucho para ir a trabajar, me baja muy temprano a la calle a hacer mis necesidades y a mi me da un poco de pereza, sobre todo en invierno, pero tampoco voy a quejarme, es un rato agradable que comparto con ella, suelo ser bueno y hacerlo rapidito, por pudor y porque sé que siempre tiene prisa. Además no me agrada mucho verla como me espera, muerta de frio y con la bolsita en la mano preparada a recoger mis excrementos y tirarlos luego a la papelera. Luego me quedo solito todo el día hasta por la noche. Ella suele volver reventada de cansancio, pero al verme que me pongo contento al verla, deja sus cosas y me vuelve a bajar. Por la noche solemos pasear un buen rato e incluso se para a hablar con algún otro dueño mientras yo juego con otras mascotas. Para mi es el mejor momento del día, cuando puedo hablar con otros congéneres y recordar cuando los humanos éramos los dueños de la tierra y no como ahora que estamos dominados y domesticados por estos extraterrestes verdes... A menudo me acuerdo de mi perro Pancho ¡si él me viera ahora, lo que se iba a reir!

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