viernes, 12 de julio de 2013

"La Thatcher" manda.

...Yo estaba sentada con mis amigas, comentando la fiesta del sábado, cuando sentí que alguien me miraba. Era Mauricio, habíamos estado bailando juntos el sábado por la noche. Llevábamos varios días tonteando, cruzando nuestras miradas durante las comidas o durante las clases de gimnasia. Por fin el sábado se acercó lentamente donde yo estaba sentada y me invitó a bailar. Me puse nerviosísima, casi no me tenía en pié pero sus fuertes brazos me ayudaron a girar y no caer. Estuvimos intentando hablar pero mi aparato auditivo no estaban bien y tuvimos que conformarnos con mirarnos, sonreirnos y apretarnos mucho al bailar. La fiesta duró poco para mi gusto, habría estado bailando entre sus brazos media noche si no fuera porque llegó "La Thatcher", que era la enfermera jefe del asilo, apagó la música y nos mandó a todos a la cama, porque ya era tarde. Algunos protestamos y pedimos que nos dejaran un ratito más, pero con ella no se discutía. Así que a hurtadillas Mauricio intentó entrar en mi cuarto para pasar la noche juntos, pero nos pillaron y después de regañarnos, intimidarnos con hablar con nuestros hijos, nos obligaron a ir cada uno a nuestra habitación. Pasé la noche soñando con él, me sentí igual que hace 70 años cuando conocí a mi primer amor. Quien me iba a decir a mí, a mis 85 años, que podría sentir la misma emoción que con 15 años. Para el amor no hay edad, pero será duro convencer a "La Thatcher" de que nos deje salir juntos al igual que me costó convencer a mi madre en aquella ocasión...

No hay comentarios:

Publicar un comentario