sábado, 6 de julio de 2013

El ritual matutino


...Comenzaba el ritual de cada día, aparcaba el coche cerca del trabajo, ponía la alarma de su móvil en modo despertador, bajaba el sonido de la radio, quitaba la alarma del coche y cerraba el pestillo con ella dentro, reclinaba el asiento y se dormía plácidamente durante hora u hora y media, eso dependía del tráfico que hubiera habido esa mañana.
Vivir en una gran ciudad para ella había sido siempre un sueño, pero ahora que sufría las consecuencias empezaba a echar de menos su pequeño pueblo a orillas del mar. Si llegaba más tarde era imposible aparcar por la zona y eso implicaba entrar más tarde y en consecuencia salir más tarde, cosa que ahora con los niños se le hacía imposible, prefería madrugar y dormir un rato en el coche para poder salir por la tarde a su hora y llegar "pronto" a casa y disfrutar más tiempo de sus pequeños.
Cuantas veces ahora añoraba su feliz infancia, cuando pasaba todo el día en la calle, sin prisas, sus meriendas, sus amigos, sus columpios. Ahora sus hijos no disfrutaban igual, tenían millones de extraescolares, no iban solos a la calle, sus meriendas no eran de pan del día y casi no estaban en contacto con otros niños fuera del colegio. Definitivamente sus hijos habían salido perdiendo con vivir en una gran ciudad, pero ¿qué hacer?, quizás mañana mientras preparaba el ritual de sus siesta matutina podría dedicarle unos minutos a pensar en ello, en el fondo era su momento de mayor lucidez y tranquilidad...

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