...Me miras pero no sé si me ves, son tus últimas horas,
según los médicos, pero qué difícil es despedirse de ti sin hablarte y decirte
tantas cosas que se me han quedado en el tintero. Cuantas ¡gracias! no dichas,
cuantos besos no dados, cuantas historias de abuelo no escuchadas. Es curioso,
aún no te has ido y ya te echo de menos. ¿Cómo se lo voy a explicar a tu nieta?
Ella no comprende aún lo que significa la muerte, ¡quizás yo tampoco lo
comprenda! Pero lo cierto es que acecha ya sobre tu cama y no vacila. Me
gustaría creer en algo y pensar que vas a un sitio mejor, que estarás bien,
pero no puedo. ¡En este momento no puedo pensar! Ha sido un placer compartir
estos años contigo y ten seguro que mientras vivamos nosotros, tú vivirás en
nuestro recuerdo. Ahora, duerme tranquilo ¡Te quiero mucho papa!...
No hay comentarios:
Publicar un comentario