martes, 4 de septiembre de 2012

La Cibeles

 

...Siempre había sido sonámbulo, pero no había tenido nunca problemas por ello, hasta aquella noche.
El último año había sido muy duro. En el trabajo las cosas no iban bien; en su casa su mujer le engañaba aunque él fingía que no sabía nada; sus hijos eran unos desconocidos para él ya que nunca estaba en casa. Estaba al borde de una crisis pero debido a su caracter metódico y calculador no demostraba debilidad antes los demás.
Aquella noche se levantó sonambulo, se vistió inconscientemente y salió a la calle. Su mujer ni se enteró.
Al día siguiente mientras su mujer desayunaba, en la radio dieron la noticia de que esa madrugada la policía había detenido a un hombre que dormía en el regazo de la estatua de "La Cibeles", ella rió hasta que dijeron el nombre de dicho personaje ¡era su marido!.
A raiz de este incidente su vida dió un giro radical, su mujer tomó la determinación de separarse, en el trabajo muy sutilmente le invitaron a irse...
De repente se encontró sin trabajo, sólo, sin familia porque su mujer alegando que estaba perturbado consiguió la custodia de los niños, casi todo el dinero y la casa. Parecía el fin...aunque cuando se paró a pensar se dió cuenta de que en realidad odiaba el trabajo que hacía, manipulado por todo el mundo, sin libertad, bajo presión constante, con un horario eterno. Se dió cuenta de que a su mujer ya no la amaba, la aguantaba por mantener una imagen, por la costumbre, por los niños....¡sí los niños!, esas personitas a las que casi no conocía porque siempre estaba trabajando, siempre de viaje, llegando cuando ellos ya dormían. Sí los niños, a esos sí quería recuperarlos y decició emplearse en esa lucha costase lo que costase. La noche en la que decidió esto salió a la calle y esta vez de forma consciente se fue a ver a "La Cibeles" se volvió a sentar en su regazo, la estrechó en sus brazos y le dió un cariñoso beso en sus labios de piedra, tras lo cual le dijo un sincero ¡GRACIAS! mientras la miraba fijamente a los ojos. Se marchó sin mirar atrás, tenía la cabeza llena de ideas, de proyectos, de planes que hacer con sus hijos, con su vida. Ese día solo un barrendero vió la escena y le pareció ver como la estátua tras verle alejarse derramó una lágrima. Decidió no contarlo a nadie, no le creerían y ya tenía bastantes problemas para que encima pensarán que le daba a la bebida... pero esa es otra historia...

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